
La unica, notable y nunca bien poderada Ballena Franca Austral, desde las aguas gelidas del atlantico argentino...
Un ritual que vale repetir.
Cita el proximo año, misma hora, mismo canal.
Sean bienvenidos todos...
Periplos y vueltas varias



Fotos: Guillaume Devars / Angela Briceno
Hablando en serio, yo que soy citadina del valle central, nunca había vivido tanto tiempo tan cerca del mar, y me asombro cuando cada vez que lo miro, es como si por los ojos me entrara la calma, la paz, como si en su inmensidad me recordara que nada es tan grave, que todo puede cambiar, que la vida sigue y esta, y me deja respirar…
Algo que queda pendiente, aprender a navegar…
Jeremie. Esta es mi ciudad, lo ha sido por los ultimos 7 meses y lo sera los ultimos dias que pase en este pais. Bueno, talvez no es una ciudad, pero tampoco es un pueblo, pertenece a un estado intermedio entre la ciudad esplendorosa que prometia ser a principios del siglo pasado y el pueblo subdesarrollado y sobrepoblado del siglo XXI que algunos podrian ver en sus pequenas callecitas llenas de peatones. Jeremie se llama a si misma la ciudad de los poetas, y tal vez lo sea, lo que es yo, aun no he concido a ninguno ni leido ninguna poesia de alguno de ellos, no es que me esfuerce demasiado en encontrarlos, pero creo que una vez mas tiene que ver con el pasado mezclado con la ilusion y las ganas de serlo mas que con la realidad. Lo que no deja de ser cierto es que Jeremie tiene su encanto, aun, a pesar de todo, de la basura, de las calles llenas de hoyos, de las casas con la pintura, los muros y el techo cayendo a pedazos. Como que medio cerrando los ojos uno puede ver lo linda que era 50, 70 o 90 anos atras pero sobretodo lo linda que podria volver a ser, si quisiera, si alguien quisiera, si se pusieran las pilas. En fin, como todo en este pais, la perla negra de las antillas... Jeremie tiene algo de Cartagena, el balneario de oro de la aristocracia chilena hace un siglo atras, las lindas casas antiguas a mal traer, los jardines llenos de malezas con una que otra rosa que azoma digna, los atardeceres tranquilos, el olor a comparet recien hecho (que vendria siendo la version haitiana del pan de huevo), la vida en la plaza, la caleta... Claro que problablemente yo sea la unica que ve todas estas cosas, uno por que soy la unica de los habitantes de Jeremie que conoce Cartagena y otra por que es una forma de familiarizar la tierra que piso con la tierra que he pisado, de re-conocer las calles, los olores, los lugares, y por que no, hasta las miradas.
